jueves, 20 de septiembre de 2018

Tita Mamá


Cuando una pelota en las manos te hacia feliz…
La vida era dura, pero más fácil, hacía calor, en tu pueblo y en tu corazón…
Y como olvidar las películas que proyectaba la coca cola en las viejísimas paredes de tu calle… y el abuelo sonriendo y la abuela frunciendo el ceño…
Y tú, soñando con una caja mágica que preparara comida, mientras lavabas los trastes que tanto odiabas…
¡Que aire más puro y que cielos más azules recuerdas! ¡Agua cristalina y amigos inolvidables! Amo escucharte hablar, desde que era niño, ¡desde siempre!
Un día el mismísimo Dámaso Pérez Prado, paso por tu calle, con dos hermosas bailarinas ¡rubias! Y tu volvías a soñar, con aparatos que nos llevaran ¡más rápido y más lejos!

Tu alma se fue llenando de tristeza y comenzó a endurecer tu carácter, de pronto todo cambio, otra vida, otra ciudad, otra casa y otra escuela, pero más y mejores sueños… de pronto dejaste de ser una niña y ya eras todo, ¡mama, hermana, maestra y mujer! 
Que pronto te hiciste mujer y ¡que grande! Y que trabajo y ¡que gran trabajo! Sin darte cuenta, cuántas vidas dependían de ti y tu soñando y yo viéndote sonreír y sufrir en las escaleras de ese viejo edificio porque me sentía mal… 

Me gustaba más verte sonreír, porque lo hacías muy poco… hasta ahora que tengo a mi hija entendí, porque siempre estabas ¡tan preocupada!
Que grandes cosas hiciste por mí y por la loca de mi hermana, cuando estoy triste cierro mis ojos y voy hasta la cocina donde nos preparabas panque de naranja…

Uno de los días más felices de mi niñez, fue en el estacionamiento de Aurrera, sentado en un Chevelle sin cristales te vi feliz y sonreír, ¡ahora sé que conocimos a papa! Mi viejo, pero de él no voy a hablar…

Nos fuimos a vivir a una casa en la Paz ¡y que paz!, excepto los domingos, que el dueño, ¡no nos dejaba descansar! Y abría mis ojos y comenzaba a soñar, y mi imaginación comenzó a volar… ¡tenia tu mismísima capacidad para soñar! ¡Y soñé! ¡Y soñé mucho! Y reí y llore también, pero era muy feliz…

Han pasado muchos años ya, ¡muchos!, seguramente ya se despintaron las cruces de aerosol que pinto papá en las ventanas de la vieja casa… ahora la hermana más pequeña vive en nuestro viejo, nuevo hogar, lugar en el que fui niño, joven y casi papa… y tú en tu casa pensando “Que hare para cenar?” ¿que tal unas tortas duras con mantequilla y azúcar?
¡O unas tortillas tostadas en el comal, con crema y sal!

¡Casi siempre te extraño Ma! Y cuando mi hija llega corriendo y te abraza, soy feliz, aunque te confieso que me gustaría ser yo quien corriera a tus brazos a descansar…
Han pasado muchos años ya, de esa pelota y los odiosos trastes por lavar, pero muy dentro de tu alma, eres una niña ¡soñando y lista para volar! Y aunque ahora te llamen Tita yo aún te conozco por ¡Mamá!

La vida es dura y no es fácil, pero con que paciencia me enseñaste que es maravilloso estar aquí…
O al menos, ¡así lo creo yo!
                                              Fush

Reza


Escucho rezar
A alguien en mi espejo...
Reza por mí...
Con las manos bien pegaditas...
Y con una carita feliz...

No llega a los seis años...
Pero es el único reflejo...
Que aun reza para mí

Lo miro fijamente
Y hago como que no le atendí...
Pero muy dentro de mí quisiera...
Que siempre fuera feliz.
                                    Fush.

lunes, 17 de septiembre de 2018

Sufrir para sentir


He aprendido muchas cosas en mi vida, algunas me costó aprenderlas, otras, simplemente llegaron a mí y se quedaron.

Aprendí a fijarme a ambos lados de la calle antes de cruzar, aunque la calle fuera de un solo sentido, a caminar derecho y sin agachar la cabeza y sobre todo a dejar atrás las preocupaciones, pa disfrutar de mis pasos.

Aprendí a leer y a escribir y ambas las disfruto, no importa qué, leo, no importa qué o para qué, escribo.

Pero ayer una de esas grandes enseñanzas, que llegan solas, llego a mí…
En cuestiones de amor, ¡nadie sabe nada! En cuestiones de amor, nadie debe opinar, porque nadie puede sentir lo que sienten otras personas, nadie quiere aprender, de otra persona… todos quieren y deben experimentar por si solos, aunque se llegue a la misma conclusión o se termine entendiendo un interminable dialogo, lo infinitamente humano es hacerlo… ¡solo!

“Ver para creer” decía mi madre! Yo digo “Sufrir, para sentir”

Evita el “Te lo dije” ¿a ti también te lo dijeron, no? Y aún así, ¡fuiste a investigar por tu cuenta!

Bueno, resumiendo, ayer aprendí que entre más viejo te pones, más tratas de evitar que las personas que te importan sufran, ¡por las mismas cosas que los viejos trataron de evitar que sufrieras!

Así que, si quieres sufrir por esa persona, ¡Sufre!
Si quieres extrañarla, ¡extráñala!
Si quieres buscarla, ¡búscala!
Si quieres odiarla, ¡ódiala!
Si quieres seguir amándola, pues amala, porque eso ¡no va a cambiar!
No ahora… o al menos…

¡Así lo creo yo!

Fush